El presagio de la Luna Negra
Un pueblo asolado por una plaga muy contagiosa, como de esas que se anuncia en el Apocalipsis disgregándose por todo el país de Monsur. Aun así, llegó una familia tratando de escapar de esta peste, en busca de alimentos y gasolina para su vehículo casa rodante. Esta familia la conformaba el padre Lorenzo, la madre Clemencia, y sus hijos Ana y Andrés.
Afortunadamente encontraron lo que estaban buscando; pero, se dieron cuenta que ya estaba anocheciendo y así era peligroso seguir su camino a un lugar aislado y protegido de esta plaga. Que destruía todo lo viviente. Fue así que decidieron pasar la noche en este pueblo solitario y tenebroso. Encontraron un hotel y allí se refugiaron hasta que llegara el día. Algo raro notaron ellos, pues la luna que en el pasado era blanca y brillante, esta vez se vería negra y más alejada.
Lorenzo no durmió por estar cuidando el lugar, y a su familia de los seres contagiados y de los que buscaban lo mismo que ellos; como comida y gasolina.
Al llegar la mañana, Andrés, notó que algo revoloteaba en la ventana, al asomarse vio un cuervo; pero, este cuervo no era normal, era monstruoso. Pues, no tenía ojos. En vez de ellos, tenía bolas rojas cubiertas de sangre oscura; y este animal hacia un ruido horrible. El niño grito del miedo y rápidamente sus padres llegaron y se asustaron al ver a este cuervo tenebroso que parecía, notar la presencia de ellos a pesar de su ceguera.
Todos salieron en silencio del lugar en busca de su vehículo, al tratar de poner el carro en movimiento, ellos notaron como el cuervo voló hacia ellos haciendo un ruido espantoso. Como tratando de llamar a otros. En cuestión de segundos, cientos de cuervos llegaron de igual aspecto y atacaron la casa rodante y apunta de picotazos querían entrar en el carro. Tanto Ana como Andrés gritaban y lloraban del miedo al sentir la muerte encima. De un momento a otro se escucharon disparos y vieron como un hombre de aspecto corpulento se enfrentaba a los cuervos. Eran muchos cuervos para este hombre y sacando de su carro imponente lleno de armas, un lanza llamas, que lo roció sobre los cuervos, en cuestión de minutos una nube de cenizas caían en la tierra, aquellos pajarracos habían sido incinerados.
La familia al verse salvada por este hombre misterioso y solitario, salieron de su carro, dándole las gracias a él. Él se identificó como Alejandro. Todos ellos buscaban lo mismo. El lugar que no había alcanzado la plaga. Pero lo que no se percataron es que este hombre al incinerar a los cuervos, ya había sido atacado a picotazos en su espalda por uno de ellos, quien le dejo una leve herida el cual ni él, ni los demás se percataron. Pasando un tiempo fueron dirigidos por Alejandro quién los llevaba al lugar que estaba fuera de peligro. Cuando estaban ingresando al lugar protegido, las puertas inmensas de grandes alturas se abrieron para examinarlos y dejarlos entrar en la totalidad del lugar. Algunos de los cuervos que sobrevivieron siempre los estuvieron acechando. Al ingresar los revisaron a todos y a Alejandro su ADN, pues había sospechas por los médicos, que en unas horas se convirtiera en una bestia.
Alejandro antes de ser examinado sintió cambios en su cuerpo, pues de su piel salían unos grandes cañones acompañados por el nacimiento de plumas negras y sedosas, y se veía como su piel se unía y se rasgaba soltando grandes chorros de sangre que lo hacían tomar una figura extraña parecida a la de un cuervo. Todos los habitantes empezaron a correr y a pedir auxilio ante la inmensidad de aquel animal que se los devoraba y los partía por mitades para darlos a comer a los demás pajarracos. Aquellas fuerzas armadas iniciaron con el combate acabando al animal, pero aun así este se resistía a no morir. Los demás cuervos aprovecharon el escándalo para acabarse de devorar aquellos que andaban corriendo ante la tenebrosidad y el pánico. Uno de los médicos llamado Carlos decide convocar a los pocos nerviosos que quedaban allí, y decirles que utilizaran las bombas de repuesto y las metieran a la cantidad de cadáveres que encontraran y los rociaran de sangre como carnada para llamar la atención de ellos.
Finalmente cumplen con su misión y cuando los cuervos se apoderan de todas esas carnadas con bombas, que en segundos explotan. Los pocos sobrevivientes como la familia del carro andante y los médicos, se refugiaron en otros países alejados de la tortura, dándole la vuelta al mundo. Nos les importaría llegar a Marte y tratar de vivir allí.
Días después, por fin encontraron un lugar, un pequeño valle metido entre montañas. Allí aparecieron otros humanos, estaban felices; pero, no se percataron de un cuervo negro tenebroso que sentía a lo lejos la presencia de humanos, mirando con sus bolas rojas la luna negra que siempre salía cuando se iniciaba un nuevo presagio.